domingo, 30 de abril de 2017












Entre Viajes Oníricos



Tengo Lunas, que me transfiguran incitado me al juego, y en él, provocador me pierdo... Y para calmar mis ansias, surgir consiento aquél, que más encendido de pasión esta... Y en mí boca, su sabor prende... Y en mí cuerpo, su tacto deja... Y mí cerebro, lo enerva... Y de mí sé apodera...Y un perfume: Hoy, de hembra... Mañana, de varón me deja.
¡No!, no vengas... ¡No!, no llegues... No, no te me apoderes de esta forma... No desates mis pasiones... No me dejes prisionera del deseo y esclava tan solo de ellos... Que encadenada, ya estoy sin quererlo...  Más responderte... No, no puedo.

Oírla, querer, no quería... Y en su cuerpo enredado se perdía, por más resistencia que está hacía...E igual que la espuma, en el agua...Por ella, se deslizaba, con la avidez y suavidad que tan solo ellos pueden dar... Invadiéndola hasta su más intima oquedad… Venciéndola poco a poco, en su resistencia final... Consiguiendo que su cuerpo, ya, no la perteneciera y tan solo él, su dueño fuera... ¡Dueño! ¡Señor! y ¡Rey!... Y ella, tan solo esclava de sus únicos deseos... Y saber, ya no sabía, quién era quién en el juego....Ni si alguna vez intento buscarle fuera de él.
Necesidad y ansiedad, era todo su caudal... En su pasión, no cabían más... Y su amor, ya desbordado en retenida vehemencia, no entendía de razón, que freno pudiera poner a su descontrol.
Sus manos, sé perdían, dibujando caricias y  in dibujables.. Y su piel, ávida de ellas, en cada roce, en canal sé abría, dejando brotar todo un manantial de sensualidad... Como si todas las fuerzas de la naturaleza sé hubiesen obstinado en inflamar su cuerpo, golpeado lo en un estallido orgásmico de simple ser humano.


Su cuerpo desmallado, parecía inerte, pues su energía tras él, se había escapado...Y en el lecho, vencida, sentía lentamente que en el sé clavaba como raíz en tierra, experimentando en todo su cuerpo, la gravedad del Universo... Arrastrándolo en su infinito vacío, y su materia, ingrávida, sentía flotar, y sus poros abiertos, exhalaban la llovía de una tormenta... Que por huella,
Tan solo la humedad de las sabanas dejaba y el templo de su hermosura profanado.
Era difícil, muy difícil aceptarlo..., pero estaba ahí... Y, a la vez era tan fácil no sucumbir a su verdad... Que de no hacerlo, sería tanto como negarse así misma... Y, había renunciado a tanto... Que a pesar de ello... ¡Aún, latía!
Que deseo más tirano es, la necesidad de amar, cuando despierta, es el mayor de los gigantes embravecidos...  Más a pesar de ello, posee la grandeza de que a su paso, los obstáculo los transforma en virtud...Pues, si el amor, no encuentra  a quién amar...Metamorfoseándose en hermafrodita...El amor, ama al mismo amor...Amándose así mismo.
Porque el amor, en su dimorfismo, tan solo reside su capacidad de instrumentalidad...Más a pesar de ello, por encima de ella, su capacidad de amar sigue existiendo.
Porque al igual que el hombre no necesita verse reflejado en un espejo, para reconocer su capacidad humana y física...Y esta, sin embargo la siente, la vislumbra, la intuye, la adivina: Pies, manos, cara, cabellos, tronco, la humedad de su piel cuando vibra, y el hielo de su alma cuando esta sé seca...E igual que el sol y la luna, dejar de existir no pueden, aunque tus ojos los velen...De igual forma, todo lo que es físico ó sensorial en el Universo, por el mero echo de estar ó ser...No necesitan de reconocimiento de otro...Para existir.
De ahí, que el amor y el odio, por sí mismos sé puedan devorar, más si encuentran el reflejo de su dimorfismo (dualidad), podrán multiplicarse en su amor y en su odio matarse, acabarse, fenecer... ¡Terminar!
Nunca sabrás quién eres...Te busques ó no te busques, siempre te sorprenderás a ti mismo  ...No, no hay esquemas mentales capaces de encasillarte...Ni aún dibujándote sistemas circulatorios, sistemas musculares, sistemas óseos, sistemas nerviosos...Ni rayos X, ni scane que te sirva.
Te miras al espejo y ves una imagen...Pe...,pero quién es ese, que traspasando a la misma imagen, solo con su mirada hace desplomar a cualquier sapiencia humana...A ese, no hay libros, ni sabios que encontrármelo puedan.
Te duele una muela, y vas al dentista, te duele una pierna, y te acercan al traumatólogo, te duele la vejiga, y te mandan al urólogo, te duele el corazón, y corres al cardiólogo, te partes la cabeza, y vuelas al neurocirujano... ¡Pero!, si la cabeza, te destroza el corazón...Te conducen al psiquiatra...Y este, te transforma en un....Loco.
Por eso, traspasando el espejo (elemento físico), fluir por el, metafísicamente deseo, y por él, penetrándole... ¡Desprevenido!...Robarme...Más, no me azotes así...Calma mí espíritu y no enloquezcas más mí mente.
Qui...quiero hacer un pacto...Voy a vivir con tigo...Voy amarte, a sentirte, a palparte, a deslizarme, a hondarte...Y, en ti, fundirme...Y...¡Ha odiarte!
Todos los poderes sobre mí, tienes y por momentos, me transfiguras en el capricho que quieres...¡Moldeando mí alma!...Y ¡De pronto!...Una gota, que al silencio conmueve, y el alma, espacios cerrados no tiene, por que libre como hoja al viento sé mece...Más, no por mucho tiempo, pues en seguida me enredas en la maraña, maleza de zozobras y en ellas, me destrozas, me aterrorizas y me acobardas...Y, los días,  me pesan como losas, y la monotonía de su tristeza, me arropa con el sayal de la melancolía...Y, como un sudario, tras pasar el tiempo, lo hace parecer...Más, que yo misma ....¡Mí sombra!...Y la congoja, el ánimo me lo abate y me lo derrota...Arrastrándome al borde del precipicio, para volver, en el último instante...A mí sinrazón, alumbrar, con ese elíxir, que a mis labios, por espacio de segundos, deja de mojar...Y con unción te vuelvo a be­ber...Transformando la funestas alucinaciones, en un nuevo marasmo de pasiones.
¡¡Si!!...si, soy tú laboratorio, tú probeta, y tú química...¡¡Ni Fausto!!...¡¡Ni él!, dispuso de mejor elemento.
Me siento mal, y no he tomado ninguna de tus pócimas, ni vicio alguno demasía trastornarme puede, ni demonios en mí alma ¡Dejo!, ni permito que habiten...Más ¡Por los dioses del Universo!... ¿Por que esta angustia vital me ahoga? Sintiendo como si espíritus lejanos, me destrozaran el ánimo, arrojándome todas las miserias humanas... ¡Convoco a Satán, si a oírme sé atreve!... Que dé la cara ante tal vil batalla.
Aunque quieras ó no, mil y un espíritu de ti sé apodarán, día y noche, noche y día, despierta  ó dormida, dormida ó despierta... ¿A quién, pretendes provocar?... Si dioses ó demonios, demonios ó dioses, tan solo existir pueden, en tú oscurantismo ó en tú diafanidad.


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